
Mirala bien , demonios: es la Noche;
ópalo o vértigo solitario y mudo. Soy yo - nada
de nada: polvo, angustia, humo-
quien aqui te la entrega (es mi regalo)
inútil, mas cargada de leyendas y mitos.
Cien astrólogos quietos, cien poetas, cien locos - pero locos
de atar-
bajo el arco cambiante de una luna escarlata,
para ti la inventaron. Poco a poco. Sin prisa
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